Te gusta la magia y los trucos, para muchos el escape de la camisa de fuerza es uno de los actos de magia más asombrosos, es un truco que parece improbable de lograr, sin embargo si utilizas la técnica correcta puedes liberarte de una camisa de fuerza, el secreto es tener bastante holgura dentro de la camisa durante el tiempo que te la ponen.
Pasos para escapar de una camisa de fuerza
Las camisas de fuerzas están fabricadas para ser usadas en los seres humanos con problemas de demencia, para evitar que se hagan daño o lastimen a otras personas. Su tela es difícil de romper, son diseñadas con las mangas holgadas para atar los brazos cruzados en la parte de atrás del individuo y así limitar el movimiento de estos.
- Crea espacio internamente
Utiliza tus brazos
La camisas de fuerzan están diseñadas para neutralizar el movimiento de los brazos por tal motivo, en el momento de que te empiecen a colocar la camisa, cruza tu brazo dominante sobre el otro. Esto te permitirá tener más fuerza al momento de comenzar a escapar.
Si quieres ser un mejor escapista, te recomendamos practicar este movimiento inicial con ambos brazos.
Agarra la tela
Sin que se den cuenta, agarra un poco de tela de la parte lateral de la camisa que está debajo de tu mano dominante y sujétalo suave pero firme. Esto permitirá hacer un pequeño espacio, entre 5 a 10 cms. antes de que te ajusten la camisa y te ayudará al escape. Aunque es un truco ventajoso, no te preocupes si no logras conseguir agarra ese trozo de tela.
Respira profundamente
En el instante que te estén amarrando la camisa has una respiración profunda, levanta un poco los codos pasar permitir que tu pecho se expanda, esto con la intensión de llenar tus pulmones de aire y se inflame tu abdomen, mantén esta postura hasta que terminen de atarte. Inmediatamente después de que la camisa de fuerza esté asegurada, emana el aire retenido y afloja el cuerpo. Con esto lograras un poco de holgura en la camisa.
Hazte pequeño
Mientras te abrochan la última correa mantente completamente recto, seguido de esto, encórvate levemente dejando caer los hombros, entre más te dobles, mas ayudara a tu liberación.
- Inicio del escape
Libera los brazos
Empieza por tu brazo dominante o el que esté más cerca a tu cabeza, empújalo hacia arriba y lejos de tu cuerpo. Aprovechando el espacio que creaste, empieza a estirar el brazo dominante tanto como puedas, hasta que logres que tu mano alcance el codo de tu mano débil. Debes aplicar un poco de fuerza para lograr este objetivo. Mientras haces este movimiento mantén el codo de la mano débil pegado a tu cuerpo.
Toca tu hombro
Debes llevar la mano de tu brazo dominante sobre el hombro de tu brazo débil. Después que logres mover el brazo más allá del brazo débil, lleva la mano lo mas cercano a tu cuello. Este movimiento te dejará elevar el codo lo necesario para pasar el brazo por detrás de tu cabeza, con eso lograrás llegar a la primera correa y aflojarla.
Saca la cabeza
Eleva el brazo dominante hacia arriba, a la vez, mete la mentón y mientras empujas la cabeza hacia abajo a través del orificio que se crea. Después de que tengas el brazo separado de la cabeza, déjalo caer delante de tu cuerpo. Si has hecho todos los pasos correctamente ya podrás mover los dos brazos libremente.
Desabrocha la hebilla de la manga
En este momento ya tienes tus brazos libres, acércalos a la cara y con los dientes suelta la hebilla que une las dos mangas de la camisa. Solo tienes que liberarla un poco la correa, una vez hecho, a través de la tela con tus manos podrás terminar de desabrocharlas.
Usa las manos para las otras hebillas
Debes desabrochar las hebillas superiores e inferiores que son las que te permitirán quitarte la camisa. Comienza con la hebilla del cuello, lleva tus manos atrás de la cabeza como si te fueras a poner una cadena. Seguido, bajas las manos hacia las caderas y desabrocha la hebilla de la cintura como si te colocaras un mandil.
En este punto seguirás con tus brazos dentro de la camisa, lo que significa que las hebillas las tendrás que agarra a través de la tela de las mangas. Intenta desabrochar la mayoría de las hebillas para lograr el escape, aunque no sea necesario hacerlo con todas.
Sal de la camisa de fuerza
Encórvate hacia adelante hasta que las mangas de la camisa toquen el suelo. Pisa cada punta de las mangas, seguido eleva el tronco impulsándote hacia arriba y atrás para salirte de la camisa y listo ya estas libre.