Considerados como las segundas mejores mascotas en el mundo, los gatos pueden ofrecer muy buena compañía, sin embargo, estos tiene su lado salvaje más arraigado que los perros, por lo que son más independientes, y no se dejan acariciar si no lo desean, además de querer morder en ocasiones cuando no están cómodos.
Resumen
ToggleLa lucha eterna
Internet está completamente lleno de videos de gatos que muerden a sus dueños a quien los visitan sin razón aparente, estos simplemente se acercan a las personas y comienzan a morder sus manos, brazos, piernas, e incluso sus rostros, por lo que es necesario entrenar al gato de la familia para que no desarrolle ese comportamiento.
Sin embargo, eso es más fácil decirlo que hacerlo, ya que con estos animales el entrenamiento es mucho más complejo que con los perros, ya que estos no suelen transmitir muchas emociones, lo que complica interpretar si estos están molestos, felices, o simplemente desean estar solos por el momento.
Como adiestrar a un gato para que no muerda
SI bien es un proceso que lleva su tiempo, es en realidad muy corto, tan corto que solo consta de 4 pasos para que un gato deje de morder a las personas sin razón alguna. Significando esto un alivio para sus dueños, ya que se acabarían esos ataques de violencia repentina que caracteriza a muchos de estos animalitos.
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Utilizar las caricias
Los gatos no responden bien cuando se les habla con firmeza o cuando se les aleja repentinamente, de hecho, no se recomienda que los gatos sean reprendidos al morder. Lo que muchos expertos en la materia recomiendan es que, justo antes de que el gato comience a morder la mano, esta sea retirada con delicadeza, para alejarla del gato.
Cuando este se calme y su atención se haya ido de la mano en sí, se puede volver a acariciar al gato, y repetir el proceso las veces que sean necesarias para que este entienda que las caricias no significan un peligro, y que no debe morder la mano que le está haciendo dichas caricias.
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Apóyate en los sonidos
Se puede utilizar un sonido leve a forma de advertencia para cuando el jate este próximo a morder. Un ejemplo de esto es esperar a que este se acerque a la mano, y cuando demuestre ganas de morder, silbarle de forma moderada, o decirle que “no”, de manera firme. Al hacer esto se desarrolla una palabra de advertencia que detiene al gato.
Cabe destacar que si el gato es muy pequeño todavía, no se debe silbar muy duro, ni hacer sonidos demasiado fuertes, ya que esto pudiese asustarlo más que llamar su atención, haciendo que el comportamiento de este se torne más errático hacia su amo, y si dicha práctica se mantiene, se puede terminar con un gato muy difícil de controlar y que muerda todo a su paso.
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Cómprale juguetes
La tendencia a morder las manos por parte de los gatos suele comenzar desde que son muy pequeños, ya que sus propios dueños les permiten que jueguen con sus dedos, costumbre que se convierte en un problema cuando el animal crece y desarrolla cierta cantidad de fuerza en su mandíbula.
Es por esto que se requiere que los gatos tengan juguetes resistentes que puedan morder por años, para que mantengan sus dientes y garras en buen estado, dejando en paz las manos y dedos de las personas. De esta forma los denos no serán el juguete y este se dejará acariciar sin mayores inconvenientes.
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Utiliza las reprimendas efectivas
Los gatos, o al menos la mayoría de ellos, detestan la humedad, de hecho, para muchos dueños, el simple hecho de tener que bañar a su gato suele ser una batalla campal, y es justo esa misma aversión por el agua lo que se puede aprovechar como reprimenda efectiva.
En un pequeño rociador se debe verter agua, y cuando el gato esté mordiendo los dedos, o esté cerca de hacerlo, se le rocía el agua en el rostro, eso logrará detener a la mayoría de los gatos domésticos, y estos asociaran el ser mojados con morder dedos, y como no les gusta que los mojen, dejaran de morder.
Alta sensibilidad
Lo gatos son animales muy sensibles, aunque no lo demuestren, es por eso que al aplicar reprimendas, estas no pueden incluir gritos o golpes, ya que se ha demostrado científicamente que los gatos son animales que pueden guardar rencor, y mientras peor se es trate, peor comportamiento tenderán a desarrollar.
Los sonidos fuertes les alteran mucho, ya que sus oídos están diseñados para escuchar los sonidos más bajos, por lo que los ruidos agudos les molestan e incluso les asustan. Por lo que las reprimendas sónicas deben ser bajas y graves, para evitar que sus oídos sufran.